31.1.04

underworld

Del otro lado de los párpados hay una bruma impaciente, un olor poderoso a tijeras cortando. Microorganismos que nacieron en lugares tan prohibidos como comunes y una entrañable salamandra un tanto descascarada pero bien dispuesta a atravesar el invierno: el calor de una llama empeñada en persistir.

Del otro lado del mundo hay algunas deudas que reclaman su pago, voces que titilan cada vez más fuerte para hacerse oír de una buena vez. Una cueva que siempre espera y todas las combinaciones posibles que den por resultado el paraíso. Algunos dolores también, como agujas afiladas. Toneladas de placer en oferta de fin de temporada. Ceremonias imperdibles, canciones difusas para celebrar el cuerpo y la química aplicada. Ritos ancestrales. Deleites sutiles como las burbujas verdes o las cerezas con hielo en noches de furia y calor. Como dejar resbalar el agua, al descuido, sobre la piel y las estrellas.