30.3.04
the last straw
una mitad reflejada que se transforma en mitad a su vez y vuelve a reflejarse para volver a ser mitad y seguir reflejándose. hasta perder la cuenta, el caleidoscopio multiplica sus mitades para formar historias singulares e irrepetibles, únicas en su especie, pero nacidas de la misma masa de fragmentos. ¿de cuántas mitades están hechos los caleidoscopios? cómo saberlo, si basta respirar apenas para que se rompa el hechizo y los fragmentos se reagrupen de otra forma tan original e inclasificable como la anterior, tan personal como las huellas digitales, tan diferente una de otra como dos horóscopos del mismo signo en diarios distintos. esa es la ley del caleidoscopio, la ley de la multiplicación de las mitades, la que rige sobre nosotros: ¿cuántas mitades son necesarias para edificar una persona? ¿cuántas mitades nos habitan cada día? ¿cuántas otras mitades nos esperan en la mesa de algún bar, detrás de la última puerta, del otro lado de nuestras ventanas? cuando nos miramos sin matices ni condiciones posibles, todos somos caleidoscopios jugando a desarmar nuestras mitades en el espejo.