"En el aire entre los dos
brilló una copa rota"
Yo te hablé de mitos viejos, del frío del mar, el porte de los arboles y una avenida de tilos en verano. A cambio, vos me enseñaste de la sal y de la piedra, de la arena mojada y los pies transparentes en la tierra. Del fuego y de la velocidad de la luz de la mente. Aprendimos de las palabras y del conjuro de las letras. A tallar figuras en el revés de los párpados para verlas aun cuando cerremos los ojos. Le dimos hambre a la piel y un nombre a las ideas más lejanas.