Cuando la piel del tiempo sea invierno repentino
las aguas arderán en su color de espejo.
Un misterio en el borde de la sangre
un destino de palabras
y en cada mano una caverna.
Ningún signo debajo de los ojos
-ningún relámpago-
la tierra prometida anuncia los incendios en los rostros vacíos.
El sueño de las piedras que presagia los fantasmas.