Count one to ten and she's gone like the rest.
Debería cerrar las manos para encontrar el hilo azul de tus letras desgarradas
Impedir con un buen gesto que la línea se dilate entre preguntas y novelas.
Es entonces cuando leo en tu cintura esa herida que se impregna de lunares y conjuros.
Zona de promesas: derramar en los ojos apagados el verde cenital de las fogatas.