dibujamos la tormenta y dejamos
que la lluvia nos suceda
tus palabras nuestras señas
como témpanos de arena
se desangran en el agua
no son gotas
son espinas
el musgo de unos ojos que descansan.
llueve púrpura la tarde y a nosotros
el recuerdo no nos toca
teníamos las nubes en las manos
(todo el tiempo)
no supimos ni abrazarlas.