(where I shelter)
¿Cómo anticipar el momento en el que empieza a sonar esta música tibia?
¿Cuál de todas mis palabras, de las tuyas, abrió la puerta del parque que flota en la cornisa del fuego, en el sofá de los conjuros, en el borde sutil de los volcanes?
¿De dónde surge el impulso que provoca el roce temerario, la mano de hacer cábalas, la lengua, los dedos, el viento y el abrazo?
Las coincidencias no existen. Pero que las hay, las hay.
Cada vez que te pienso, el sabor picante de un ritmo afilado aletea divertido dentro de mi boca.